LOS BENEFICIOS DE LA SANGRE
Texto
Levítico 17:11
Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.
Introducción
En el antiguo pacto cuando una persona pecaba, para cubrir sus pecados tenía que llevar un cordero al templo. El sacerdote tomaba el cordero y lo sacrificaba y la sangre inocente cubría el pecado de la persona.
La Biblia dice que Jesús es el cordero de Dios quien quita el pecado del mundo.
Juan 1:29
El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Jesus fue el sacrificio perfecto y su sangre a diferencia del antiguo pacto no cubre sino limpia completamente todo pecado. Este es solo uno de los beneficios que podemos obtener a través de la hermosa sangre de nuestro Señor Jesucristo.
Desarollo
A continuación estaremos estudiando otros beneficios que la sangre de Jesús nos ofrece.
¿Cuáles son los beneficios de la sangre de Jesús?
1. La sangre nos purifica.
La ley dada por medio de Moisés establecía que todo pecado debía ser purificado con sangre a través de un sacrificio.
En el Nuevo Testamento la Biblia dice que casi todo es purificado con sangre.
Hebreos 9:22
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
La palabra (purificado) se traduce del griego (katharizo) y significa: Limpiar y liberar de toda mezcla. Esto indica que la sangre de Cristo limpia cualquier tipo de pecado, la sangre de Jesús nos purifica y nos libera de las mezclas del pecado.
2. La sangre ofrece redención.
La palabra (redención) se traduce del griego (lutróo) que quiere decir: liberar o rescatar. Jesús con su sangre nos liberó y pagó el precio de nuestro rescate.
3. Quita el pecado.
Hebreos 10:4
porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados.
La Biblia enseña claramente que la sangre de los toros y de los machos cabríos no podía quitar los pecados, esto quiere decir que la única sangre que tiene el poder de quitar el pecado es la sangre de Cristo.
La sangre de Cristo quita el pecado, porque en Él no hay pecado.
1 Juan 3:5
Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.
La palabra (quitar) se traduce del griego (aíro) que significa levantar, llevar, tomar arriba o afuera. Esto quiere decir que Cristo llevó nuestros pecados sobre su hombro, los tomó para que ya no los lleváramos nosotros.
4. Su sangre nos limpia de todo pecado.
1 Juan 1:7
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.
Cuando se habla de limpiar se refiere a la palabra griega (katharizo) que significa: hacer limpio, limpiar de la contaminación del pecado y declarar limpio o puro, lo que indica que la sangre de Cristo limpia al creyente de todo pecado.
5. Limpia la conciencia.
Hebreos 9:14
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
La sangre de Cristo limpia la conciencia de obras muertas. La conciencia se refiere al sentido de culpa delante de Dios. La sangre de Cristo es suficiente para limpiar los pensamientos del creyente.
6. La sangre nos da permanencia.
Juan 6:56
El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.
El acto de la Cena del Señor, proporciona permanencia en el Hijo, puesto que Cristo afirmó que quién comiera su carne y bebiera de su sangre, permanecería en Él, y Él en él.
7. La sangre nos da comunión.
1 Corintios 10:16
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la comunión de la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la comunión del cuerpo de Cristo?
La palabra comunión se traduce del griego (koinonía) que significa: tener en común, compañerismo y participación. Los creyentes tienen compañerismo con Cristo, por medio de la participación de la Cena del Señor.
Conclusión
El día de hoy quiero que tomemos un tiempo para agradecer a nuestro Señor Jesús por su bendita sangre que él derramó en la cruz del calvario por todos nosotros.
Apostol Samuel Ramirez
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